Según la mitología andina, su nombre proviene de una mujer altiva, orgullosa, de gran belleza y de poca paciencia. Lúcuma, es sinónimo de una de las frutas más preciadas de la gastronomía peruana y con creciente presencia en las diversas cocinas del mundo. Pero, su notoriedad aumenta desmedidamente gracias a los recientes descubrimientos de sus enormes propiedades medicinales y nutritivas.
Pouteria lucuma, es el nombre científico de esta fruta peruana, perteneciente a la familia de las sapotáceas, pero nosotros la llamaremos simplemente lúcuma. Investigaciones arqueológicas sitúan su domesticación en los valles interandinos del Perú, donde el consumo de su fruto y el uso de su madera quedaron plasmados en representaciones pictóricas y en instrumentos ornamentales de los nativos del lugar ya en el siglo VIII antes de nuestra era, en el Callejón de Huaylas, en Ancash.
La cultura Moche o Mochica representó, como parte de su fascinación por los productos agrícolas, en su arte también a la lúcuma. Su madera así se empleó para la construcción del Santuario de Pachacámac, lugar donde en 1938 se halló un tronco de lúcuma de singulares dimensiones tallado, en el que estaba representada una figura totémica.
La evidencia disponible indica que fue de una gran utilidad, además de ser ampliamente consumido en la cultura Mochica alrededor del segundo siglo antes de nuestra era. Entonces, se emplearon técnicas de irrigación y cultivo intensivo para producir cantidades sin precedentes de esta especie. Durante la época prehispánica, la lúcuma y el maíz fueron los ingredientes indispensables en la alimentación de los de los aborígenes del valle. Junto con las legumbres, guayaba, quinua y kiwicha, en las zonas más altas.
Actualmente, la lúcuma se cultiva en diferentes países del mundo. Entre ellos, Bolivia, Costa Rica, Hawai, México y Chile. En el caso de este último, su producción se ha extendido desde la cálida del norte del norte hasta la zona central. En el Perú la mayor parte de la producción se concentra en zonas de Lima, Ayacucho, La Libertad, Cajamarca y Huancavelica. Es una especie que muestra una gran capacidad de adaptación, aunque dos intentos de introducir su cultivo en el sur de Estados Unidos han resultado hasta ahora infructuosos.
Así, el árbol de la lúcuma prefiere temperaturas templadas. La ideal para su crecimiento fluctúa entre los 20 y 22 °C; pero también puede soportar temperaturas bajas, pero no inferiores a la de 5 °C.[] Esta especie no exige una irrigación constante, pudiendo llegar a soportar períodos breves de sequía, así como temporadas de muy elevada humedad. Aunque no resiste la anegación; vale decir al hecho de estar repentinamente sometida al exceso de agua.
La Comisión Nacional de Productos Bandera del Perú, COPROBA, organismo peruano encargado de la promoción y protección de la identidad de los productos nacionales, tanto en el interior como en el exterior del país, la ha declarado uno de los productos bandera del Perú. Razones no le faltan, más bien le sobran…
Ya que a las propiedades gastronómicas harto conocidas de esta especie que dejan expresar el potencial de imaginación de los chefs cuando de experimentar con esa fruta en postres, pasteles, ensaladas, helados y licores se trata, hay que añadir el hecho que la lúcuma, ha de sentirse orgullosa no solo por su exquisito sabor, su encantadora fragancia y fibrosa consistencia, sino también por sus cualidades nutritivas y también medicinales
Pouteria lucuma, es el nombre científico de esta fruta peruana, perteneciente a la familia de las sapotáceas, pero nosotros la llamaremos simplemente lúcuma. Investigaciones arqueológicas sitúan su domesticación en los valles interandinos del Perú, donde el consumo de su fruto y el uso de su madera quedaron plasmados en representaciones pictóricas y en instrumentos ornamentales de los nativos del lugar ya en el siglo VIII antes de nuestra era, en el Callejón de Huaylas, en Ancash.
La cultura Moche o Mochica representó, como parte de su fascinación por los productos agrícolas, en su arte también a la lúcuma. Su madera así se empleó para la construcción del Santuario de Pachacámac, lugar donde en 1938 se halló un tronco de lúcuma de singulares dimensiones tallado, en el que estaba representada una figura totémica.
La evidencia disponible indica que fue de una gran utilidad, además de ser ampliamente consumido en la cultura Mochica alrededor del segundo siglo antes de nuestra era. Entonces, se emplearon técnicas de irrigación y cultivo intensivo para producir cantidades sin precedentes de esta especie. Durante la época prehispánica, la lúcuma y el maíz fueron los ingredientes indispensables en la alimentación de los de los aborígenes del valle. Junto con las legumbres, guayaba, quinua y kiwicha, en las zonas más altas.
Actualmente, la lúcuma se cultiva en diferentes países del mundo. Entre ellos, Bolivia, Costa Rica, Hawai, México y Chile. En el caso de este último, su producción se ha extendido desde la cálida del norte del norte hasta la zona central. En el Perú la mayor parte de la producción se concentra en zonas de Lima, Ayacucho, La Libertad, Cajamarca y Huancavelica. Es una especie que muestra una gran capacidad de adaptación, aunque dos intentos de introducir su cultivo en el sur de Estados Unidos han resultado hasta ahora infructuosos.
Así, el árbol de la lúcuma prefiere temperaturas templadas. La ideal para su crecimiento fluctúa entre los 20 y 22 °C; pero también puede soportar temperaturas bajas, pero no inferiores a la de 5 °C.[] Esta especie no exige una irrigación constante, pudiendo llegar a soportar períodos breves de sequía, así como temporadas de muy elevada humedad. Aunque no resiste la anegación; vale decir al hecho de estar repentinamente sometida al exceso de agua.
La Comisión Nacional de Productos Bandera del Perú, COPROBA, organismo peruano encargado de la promoción y protección de la identidad de los productos nacionales, tanto en el interior como en el exterior del país, la ha declarado uno de los productos bandera del Perú. Razones no le faltan, más bien le sobran…
Ya que a las propiedades gastronómicas harto conocidas de esta especie que dejan expresar el potencial de imaginación de los chefs cuando de experimentar con esa fruta en postres, pasteles, ensaladas, helados y licores se trata, hay que añadir el hecho que la lúcuma, ha de sentirse orgullosa no solo por su exquisito sabor, su encantadora fragancia y fibrosa consistencia, sino también por sus cualidades nutritivas y también medicinales
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